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Trabajo recurre al chivatazo ciudadano para hallar focos de economía sumergida

EL PAÍS CATALUÑA - C. DELGADO - Barcelona - 29/07/2010

La Generalitat crea un buzón anónimo para dar parte de empleados irregulares 

"Todos conocemos a alguien, especialmente empresarios, que se queja porque otras empresas tienen trabajadores irregulares. Se quejan. Pero luego no denuncian...". Con esta explicación justificó ayer Mar Serna, consejera de Trabajo, la puesta en marcha de una nueva herramienta para detectar la economía sumergida: el chivatazo ciudadano. El departamento anunció ayer la creación de un "buzón de colaboración ciudadana", es decir, un formulario en su página web que permitirá a quien lo desee, de forma anónima, señalar con el dedo a los empresarios que incumplan la ley a la hora de contratar.

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"Han destrozado todas nuestras expectativas"

REPORTAJE: De trabajos en precario al paro 

Ricardo Paternina es uno de los 3.576 arquitectos que la crisis ha dejado en paro tras encadenar años de empleos mal pagados 

EL PAÍS 28/07/2010


Colectivo: Arquitectos sin empleo. ¿Cuántos son? 51.177 colegiados, 3.576 oficialmente en paro (el 7% del total) y 30.419 más cursando la carrera. Efectos de la crisis: El número de edificios (de obra nueva y de uso residencial y no residencial) visados a abril de 2010 según la estadística de Fomento es de 3.045 frente a los de un buen año, por ejemplo los 20.065 edificios de abril de 2005 (una caída del 84,84%). El consumo de cemento ha descendido, según la misma fuente, de 55.998.000 toneladas en 2007 a 28.646.000 en 2009. Grupo del encuentro: Ricardo Paternina Soberón, 30 años, desempleado desde el mes enero. ¿Cuándo? Martes 27 de julio a las 18.00, en su casa del barrio madrileño de Lavapiés.

Ricardo Paternina pertenece a esa generación de jóvenes españoles hiperformados que, al terminar los estudios, se toparon con un panorama laboral tan efervescente como desolador, en el que toda su preparación se traducía en sueldos no ya mileuristas sino cercanos al salario mínimo interprofesional, con el agravante de tener "muchísima responsabilidad sin tutoría alguna". Los mismos que, acostumbrados a la fuerza a cobrar una miseria, a jornadas laborales de 12 horas, a días encadenados sin dormir para acabar una entrega y a fines de semana sin remunerar, han acabado con sus huesos en el paro, una situación angustiosa a la que no ven salida y que les hace recordar sus años trabajando en condiciones lamentables como "el paraíso". Su caso es doblemente injusto, ya que la precariedad laboral se producía en un sector boyante, el del ladrillo, que vivía los años del pelotazo imparable. Hasta que paró y "borró" literalmente del mapa a miles y miles de albañiles, pintores, carpinteros, fontaneros, electricistas, arquitectos, aparejadores, constructores, promotores, inmobiliarias...